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Quédate en el sol
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor. . . . --Juan 15:10.
En su libro The Best Is Yet To Be [Todavía falta lo mejor], Henry Durbanville contó la historia de una niña
en Londres que ganó un premio en una exhibición de flores. La flor con la que participó creció en una vieja tetera rota y
había sido colocada en la ventana del ático de una casa de vecindad maltrecha. Cuando alguien preguntó cómo consiguió cultivar
tan encantadora flor en un ambiente tan improbable, dijo que la movía de un lado para otro para que siempre le diera el sol.
Durbanville entonces recordó a sus lectores las palabras de Jesús: "Como el Padre me ha amado, así también
yo os he amado; permaneced en mi amor" (Juan 15:9). De esto aprendemos que nosotros también debemos conservarnos continuamente
en el calor del amor de Cristo.
Permanecemos en el amor de Cristo cuando mostramos amor a los demás. Jesús lo expresó claramente cuando dijo:
"Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor. . . . Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros,
así como yo os he amado. Nadie tiene un amor mayor que éste: que uno dé su vida por sus amigos" (vv.10,12-13).
Sentimos el calor del amor de Cristo cuando obedecemos su mandamiento de amar y servir a los demás. Así es
como podemos estar siempre al sol. --RWD
NUESTRO AMOR A DIOS SE VE EN NUESTRO AMOR A LOS DEMÁS.
tomado de "Nuestro Pan Diario"
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